Hace muchos años, algo así como veinte (más o menos) conseguí encontrar un par de zapatos que llevaba buscando algún tiempo. No era fácil a finales de los ochenta-principios de los noventa encontrar cosas que se salieran de lo normal, y eso era casi una constante. Entre las tiendas de viejo, las de caballero, los inicios de la segunda mano y el siempre socorrido rastro íbamos tirando, y por supuesto de los apaños y las modistas...
A lo que iba. Buscaba los zapatos Palladium, bajos, en lona negra, y no los encontré. Pero con gran sorpresa los vi en una tienda en su versión española, de la firma Pielsa, y en lona color burdeos. Me los compré, claro. A partir de entonces los llevé sin parar, en invierno y en verano, hasta que se pasó la fiebre y volvieron a su caja. Ahora me temo que han desaparecido del armario de los zapatos, y me gustaría tener otro par. A ver si esta vez los consigo...
Todo esto viene a que el diseñador Neil Barrett ha hecho una colaboración con Palladium, una versión de sus botas clásicas, en piel negra y forradas de borreguito. No son santo de mi devoción, pero me han hecho recordar estos zapatos, que me gustaban tanto...
viernes, 12 de agosto de 2011
domingo, 7 de agosto de 2011
Hamburguesas
Ayer estuve comiendo en Kiosko, una hamburguesería que abrieron hace algún tiempo, y que no conocía. Después de un paseo por una Barcelona cada vez más llena de turistas disfrazados de turistas, y con un par de nuevas adquisiciones en la bolsa, mi amigo y yo nos fuimos a comer. Ya antes de entrar lees sobre la puerta "gourmet burgers" algo que no me gusta especialmente, y que me parece pretencioso, pero hay que darle oportunidad a todo, así que... Al entrar te colocas en la barra, coges una papeleta que tiene el menú impreso,y señalas qué quieres comer y beber. Esperas tu turno y se lo das a la/el camarera/o, pagas y te dan un número, coges sitio y esperas a que te traigan la comida. A pesar de que estaba lleno, no tuvimos que esperar mucho tiempo. Cogimos servilletas y cubiertos de madera, una buena idea que deberían copiar las aerolíneas y los trenes que ofrecen comida. Nos decidimos por una hamburguesa clásica, 200 gramos de ternera a la parrilla, al punto, con tomate, lechuga, cebolla y mayonesa, sabrosa y jugosa. Tienen dos tipos de ketchup casero (muy bueno), y salsa picante (muy suave y con un sabor que me recordó a la salsa brava, pero la auténtica, la de Madrid, no la que sirven en la mayoría de los sitios y que no tiene nada que ver con la de verdad) que están disponibles por las mesas para servirte tú mismo. Como acompañamiento unas patatitas cocidas, con alioli (que no estaba a la altura de lo demás)
En general la hamburguesa estaba muy buena, aunque no entiendo lo de "gourmet". ¿Es que no es suficiente con decir que hacen buenas hamburguesas? A mí ya me bastaría, la verdad... Volveré a probar otras, seguro que sí.
Siento no tener fotos de las hamburguesas, ¡teníamos tanta hambre que me olvidé del retrato!
En general la hamburguesa estaba muy buena, aunque no entiendo lo de "gourmet". ¿Es que no es suficiente con decir que hacen buenas hamburguesas? A mí ya me bastaría, la verdad... Volveré a probar otras, seguro que sí.
Siento no tener fotos de las hamburguesas, ¡teníamos tanta hambre que me olvidé del retrato!
martes, 2 de agosto de 2011
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